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  • Eagleton se ha pasado la vida dentro de dos cajas mentales, el catolicismo y el marxismo, de las que es un severo crítico interno, es decir, que a menudo da patadas y araña el interior de las cajas, pero no las abandona. Tampoco son ideologías que aflojen su agarre con facilidad, y las personas que necesitan la seguridad de la adhesión a una gran ideología dominante, por mucho que pataleen y arañen pero sin atreverse a abandonarla, se aferran a ella con tanta fuerza como ella se aferra a ellos. El resultado es, por supuesto, el estrangulamiento, pero no el estrangulamiento mutuo: la ideología siempre gana.