-
Si alguien te ofrece un regalo y tú declinas aceptarlo, la otra persona sigue siendo dueña de ese regalo. Lo mismo ocurre con los insultos y las agresiones verbales.
Si alguien te ofrece un regalo y tú declinas aceptarlo, la otra persona sigue siendo dueña de ese regalo. Lo mismo ocurre con los insultos y las agresiones verbales.