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¿Y qué tenemos ahora en Alemania? Un país de banqueros y fabricantes de coches. Incluso nuestro gran ejército se ha ablandado. Los soldados llevan barba y cuestionan las órdenes. No me avergüenza decir que creí en el nacionalsocialismo. Todavía llevo la Cruz de Hierro con diamantes que Hitler me dio. Pero hoy en toda Alemania no se puede encontrar a una sola persona que votara a Adolf Hitler para que llegara al poder. Muchos alemanes se sienten culpables de la guerra. Pero no se explican la verdadera culpa que compartimos: la de haber perdido.