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Esta es la ley de la prosperidad: Cuando llegue una adversidad aparente, no te dejes abatir por ella, sino saca lo mejor de ella, y mira siempre hacia adelante, hacia cosas mejores, hacia condiciones más prósperas. Mantenerse en esta actitud mental es poner en funcionamiento fuerzas sutiles, silenciosas e irresistibles que, tarde o temprano, actualizarán en forma material lo que hoy no es más que una idea. Pero las ideas tienen un poder oculto, y las ideas, cuando están bien plantadas y bien cuidadas, son las semillas que actualizan las condiciones materiales.