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Siempre que te sientas amenazado o asustado, debes colocar las manos sobre el tercer chakra, justo en medio del estómago, y respirar muy deliberada y lentamente hasta que te sientas tranquilo. De este modo, empezarás a sentirte más fuerte y protegido. La respiración nos da la vida y es la fuente de nuestro poder.