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No importa tu edad, etapa de la vida o circunstancias, no olvides atreverte a soñar con Dios. No tienes que imaginar nada. Sólo sigue diciéndole que sí, de maneras grandes y pequeñas, y observa lo que Él hace.
No importa tu edad, etapa de la vida o circunstancias, no olvides atreverte a soñar con Dios. No tienes que imaginar nada. Sólo sigue diciéndole que sí, de maneras grandes y pequeñas, y observa lo que Él hace.