El universo es una emanación de la mente. A medida que la conciencia humana evoluciona en una espiral acelerada, nos vemos obligados a darnos cuenta de que nuestras mentes manifiestan la realidad en una medida cada vez mayor: nuestras proyecciones colectivas de sombras de tecnologías derrochadoras, guerras y armamento reflejan regiones interiores más sutiles de nuestra psique y los engaños discordantes en nuestras relaciones íntimas. Si esta interpretación es válida, nos impone una responsabilidad concomitante, una grave carga.