-
Tengo poco interés en racionalizar el gobierno o en hacerlo más eficiente, pues me propongo reducir su tamaño. No me comprometo a promover el bienestar, pues me propongo ampliar la libertad. Mi objetivo no es aprobar leyes, sino derogarlas. No es inaugurar nuevos programas, sino cancelar los antiguos que violan la Constitución, o que han fracasado en su propósito, o que imponen al pueblo una carga financiera injustificada. No intentaré descubrir si la legislación es "necesaria" antes de haber determinado si es constitucionalmente permisible.