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Cuando el Espíritu vino a Moisés, vinieron las plagas sobre Egipto, y tuvo poder para destruir la vida de los hombres; cuando el Espíritu vino sobre Elías, descendió fuego del cielo; cuando el Espíritu vino sobre Gedeón, nadie pudo hacer frente a él; y cuando vino sobre Josué, se movió alrededor de la ciudad de Jericó y toda la ciudad cayó en sus manos; pero cuando el Espíritu vino sobre el Hijo del Hombre, dio su vida; sanó a los quebrantados de corazón.