Las ideas son fáciles de conseguir, brotan sin esfuerzo de la vacuidad de la mente y no cuestan nada. Cuando se retienen y se proyectan sobre uno mismo o sobre los demás, se convierten en un proyecto. Cuando el proyecto se pone en práctica, se convierte en la obra, y cuando la obra está terminada parece que existe por sí misma. La creación es el proceso de manifestación de la forma a partir del vacío, donde lo que surge de la mente pasa a existir. Sin embargo, la distancia entre la concepción y la realización puede ser enorme, tan vasta como la distancia entre las estrellas.