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La mera técnica mecánica de la actuación puede enseñarse, pero el espíritu que ha de dar vida a las formas sin vida debe nacer en el hombre. Ninguna escuela de arte dramático puede enseñar a sus alumnos a pensar o a sentir. Es la Naturaleza quien hace a nuestros artistas por nosotros, aunque sea el Arte quien les enseñe su modo correcto de expresión.