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  • Los San Bernardos trabajan mejor en equipos de al menos tres perros. Se les envía en patrullas tras las tormentas y recorren los caminos en busca de viajeros varados. Si encuentran a una víctima, dos perros se tumban junto a ella para mantenerla caliente; uno de los dos le lame la cara para estimularle a recuperar la consciencia. Mientras tanto, otro perro ya habrá partido de vuelta al hospicio para dar la voz de alarma.