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Los ojos son testigos de que los cielos giran en el espacio de veinticuatro horas. Pero ciertos hombres, ya sea por amor a la novedad, o para hacer una demostración de ingenio, han concluido que la tierra se mueve; y sostienen que ni la octava esfera ni el sol giran.... Ahora bien, es una falta de honestidad y decencia afirmar tales nociones públicamente, y el ejemplo es pernicioso. Es parte de una buena mente aceptar la verdad revelada por Dios y estar de acuerdo con ella.