La coincidencia puede describirse como el encuentro fortuito de dos cadenas causales no relacionadas entre sí que -milagrosamente, al parecer- se funden en un acontecimiento significativo. Es el paradigma más nítido de la bisociación de contextos hasta entonces separados, urdida por el destino. Las coincidencias son juegos de palabras del destino. En el juego de palabras, dos hilos de pensamiento se enredan en un nudo acústico; en el suceso casual, dos hilos de acontecimientos se entretejen por manos invisibles.