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  • Toda vida humana tiene sus estaciones y sus ciclos, y el caos personal de nadie puede ser permanente. El invierno, después de todo, da paso a la primavera y al verano, aunque a veces, cuando las ramas permanecen oscuras y la tierra se resquebraja con el hielo, uno piensa que nunca llegarán, esa primavera y ese verano, pero llegan, y siempre.