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Fracaso destructivo: Revela limitaciones y debilidades, pone de manifiesto tus carencias y, cuando no se procesa correctamente, hace que te sigas sintiendo inadecuado y defectuoso. Fracaso productivo: Revela limitaciones y debilidades, resalta tu pensamiento erróneo y cuando se procesa correctamente, te lleva a mejores opciones y te mantiene dependiente del Señor.