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  • No puede haber amor mientras haya lujuria, ni siquiera una pizca de ella, por así decirlo, en el corazón. Sólo los hombres de gran renuncia, sólo los poderosos gigantes entre los hombres, tienen derecho a ese Amor Divino. Si ese ideal más elevado de amor se presenta a las masas, tenderá indirectamente a estimular su mundanalidad que domina el corazón del hombre- pues, meditando en el amor a Dios pensando en uno mismo como Su esposa o amada, uno estaría muy probablemente pensando la mayor parte del tiempo en su propia esposa- el resultado es demasiado obvio para señalarlo.

    Swami Vivekananda Vivekananda Kendra (2009). "Swami Vivekananda's Rousing Call to Hindu Nation", p.125, Vivekananda Kendra