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Es evidente que todo en la vida religiosa depende del tipo de Dios que se adora. El carácter del adorador debe necesariamente ser moldeado por el carácter del objeto adorado. Si se trata de un Dios cruel y vengativo, o de un Dios egoísta e injusto, el adorador también será cruel, vengativo, egoísta e injusto. Si es un Dios amoroso, tierno, indulgente y altruista, el adorador también será amoroso, tierno, indulgente y altruista.