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  • Todas las personas son especiales y todos los momentos son dorados. No hay persona ni momento más especial que otro. Mucha gente opta por creer que Dios se comunica de maneras especiales y sólo con personas especiales. Esto elimina a la masa de la gente de la responsabilidad de escuchar el mensaje de Dios, y mucho menos de recibirlo (que es otra cuestión), y les permite tomar la palabra de otra persona para todo.

    "Conversations with God: An Uncommon Dialogue, Book 1". 1998.