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  • El amor de Dios es como el sol, constante y brillante para todos nosotros. Y así como la tierra gira alrededor del sol, es el orden natural que nos alejemos por una temporada, para luego volver a acercarnos, pero siempre dentro del tiempo apropiado.

    Betty J. Eadie (1996). “The Awakening Heart: My Continuing Journey to Love”, p.42, Simon and Schuster