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A menudo, del naufragio de tu vida a la isla paradisíaca de tus sueños sólo hay que nadar un poco, suponiendo que no te ahogues en la metáfora.
A menudo, del naufragio de tu vida a la isla paradisíaca de tus sueños sólo hay que nadar un poco, suponiendo que no te ahogues en la metáfora.