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La química orgánica en este momento es como para volverse loco. Me da la impresión de un bosque primitivo lleno de las cosas más extraordinarias, una espesura monstruosa e ilimitada, sin escapatoria, en la que uno puede temer entrar.
La química orgánica en este momento es como para volverse loco. Me da la impresión de un bosque primitivo lleno de las cosas más extraordinarias, una espesura monstruosa e ilimitada, sin escapatoria, en la que uno puede temer entrar.