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¡Los queridos errores de pronunciación de la infancia! - Querida mía, no hay música que pueda tocarla; y cómo uno se aflige cuando se desvanece y se disuelve en la corrección, sabiendo que nunca volverá a visitar su afligido oído.
¡Los queridos errores de pronunciación de la infancia! - Querida mía, no hay música que pueda tocarla; y cómo uno se aflige cuando se desvanece y se disuelve en la corrección, sabiendo que nunca volverá a visitar su afligido oído.