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De su discurso de concesión: Aunque esta vez no pudimos romper el techo de cristal más alto y más duro, gracias a vosotros, tiene unos 18 millones de grietas... Podéis estar muy orgullosos de que, a partir de ahora, no será extraño que una mujer gane las primarias en un estado, no será extraño que una mujer sea nuestra candidata en una carrera reñida, no será extraño pensar que una mujer puede ser Presidenta de Estados Unidos. Y eso es realmente extraordinario.