-
Había romanticismo en lo desconocido, pero una vez que un lugar había sido descubierto, catalogado y cartografiado, quedaba empequeñecido, convertido en otro dato polvoriento en un libro, desprovisto de misterio. Así que tal vez fuera mejor dejar en blanco algunos puntos del mapa. Dejar que el mundo conservara un poco de su magia, en lugar de obligarlo a divulgar hasta el último secreto. Quizá era mejor, de vez en cuando, preguntarse.