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  • La piel se te eriza por el cansancio y el dolor y sientes un silbido en los oídos. El tiempo pasa y las pastillas se afianzan como un planeta blanco resplandeciente que aparece a la vista. Un eclipse inverso. Y lo observas con los ojos cerrados. El planeta blanco está medio al descubierto, te atrapa el corazón con su luz y parece que tira de ti hacia delante y ahora sientes que caes. Estás despierto pero soñando. "La tierra no es bella, pero el universo sí", dices.