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  • Hoy tenemos que aprender de nuevo que el amor por el pecador y el amor por la persona que ha sido dañada están correctamente equilibrados si castigo al pecador en la forma que sea posible y adecuada. A este respecto hubo en el pasado un cambio de mentalidad, en el que se oscurecieron la ley y la necesidad del castigo. A la larga, esto también redujo el concepto de ley, que en realidad no es sólo ser amable o cortés, sino que se encuentra en la verdad. Y otro componente de la verdad es que debo castigar a quien ha pecado contra el amor verdadero