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Para llegar a ser tan perfectos como un ser mortal puede llegar a ser, necesitamos poner la mente, el cuerpo y el espíritu en total armonía... Debemos añadir a esa armonía el amor y la justicia semejantes a los de Cristo.
Para llegar a ser tan perfectos como un ser mortal puede llegar a ser, necesitamos poner la mente, el cuerpo y el espíritu en total armonía... Debemos añadir a esa armonía el amor y la justicia semejantes a los de Cristo.