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¡Qué hermosa es la noche! Una frescura de rocío llena el aire silencioso; Ninguna niebla oscurece; Ni nube, ni mancha, ni mancha, Rompe la serenidad del cielo: En plena gloria, aquella luna divina Rueda a través de las oscuras profundidades azules; Bajo su rayo firme El círculo desierto se extiende Como el océano redondo, ceñido por el cielo. ¡Qué hermosa es la noche!