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Hay que aprovechar las asincronías que le han ocurrido a uno, vincularlas a un tema o ámbito prometedor, replantear las frustraciones como oportunidades y, sobre todo, perseverar.
Hay que aprovechar las asincronías que le han ocurrido a uno, vincularlas a un tema o ámbito prometedor, replantear las frustraciones como oportunidades y, sobre todo, perseverar.