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La pasión del cristianismo viene de renunciar deliberadamente a mis propios derechos y convertirme en siervo de Jesucristo. Hasta que no lo haga, no empezaré a ser santo.
La pasión del cristianismo viene de renunciar deliberadamente a mis propios derechos y convertirme en siervo de Jesucristo. Hasta que no lo haga, no empezaré a ser santo.