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Pero luchar para que las mujeres y las niñas tengan una oportunidad no es algo bonito. No es un lujo que nos damos cuando tenemos tiempo libre para gastar. Es un imperativo básico para todos los seres humanos de todas las sociedades. Si no continuamos la campaña por los derechos y las oportunidades de las mujeres, el mundo que queremos vivir, el país que todos amamos y apreciamos, no será lo que debería ser.