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Creo que, más que cualquier otra cosa, esta pena de tener que enfrentarnos constantemente a nuestras propias insuficiencias es lo que impide a la gente ser escritores. El perdón, por tanto, es clave. No puedo escribir el libro que quiero escribir, pero puedo escribir y escribiré el libro que soy capaz de escribir. Me perdonaré una y otra vez a lo largo de mi vida.