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Una gota de miel atrapa más moscas que un galón de hiel. Lo mismo ocurre con los hombres. Si quieres ganar a un hombre para tu causa, primero convéncelo de que eres su amigo sincero. Ahí hay una gota de miel que atrapa su corazón, que, diga lo que diga, es el camino hacia su razón.