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Qué diferentes serían las cosas si, en lugar de decir "creo que estoy enamorado", dijéramos "he conectado con alguien de un modo que me hace pensar que estoy en camino de conocer el amor". O si en vez de decir "estoy enamorado" decimos "estoy amando" o "voy a amar". Es poco probable que nuestros patrones en torno al amor romántico cambien si no cambiamos nuestro lenguaje.