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El Evangelio de Jesucristo nos desafía a cambiar. "Arrepentirse" es su mensaje más frecuente, y arrepentirse significa abandonar todas nuestras prácticas - personales, familiares, étnicas y nacionales - que son contrarias a los mandamientos de Dios. El propósito del Evangelio es transformar a las criaturas comunes en ciudadanos celestiales, y eso requiere un cambio.