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El constante estribillo de que traer a nuestras tropas a casa demostraría una falta de apoyo hacia ellas debe ser una de las distorsiones más asombrosas que jamás se hayan endilgado al público estadounidense.
El constante estribillo de que traer a nuestras tropas a casa demostraría una falta de apoyo hacia ellas debe ser una de las distorsiones más asombrosas que jamás se hayan endilgado al público estadounidense.