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Por lo tanto, en mi incontrovertible calidad de demandante y demandado juez y acusado, condeno a esta naturaleza, que tan descaradamente y sin miramientos ha infligido este sufrimiento... ya que soy incapaz de destruir a la Naturaleza, me destruyo a mí mismo, únicamente por el hastío de tener que soportar una tiranía en la que no hay culpable.