-
Con cada pensamiento que tenemos, convocamos o bloqueamos un milagro. Por tanto, no son nuestras circunstancias, sino nuestros pensamientos sobre ellas, los que determinan nuestro poder para transformarlas.
Con cada pensamiento que tenemos, convocamos o bloqueamos un milagro. Por tanto, no son nuestras circunstancias, sino nuestros pensamientos sobre ellas, los que determinan nuestro poder para transformarlas.