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Un árbol dice:
Mi fuerza es la confianza.
No sé nada de mis padres, no sé nada de los mil hijos que cada año brotan de mí.
Vivo el secreto de mi semilla hasta el final, y no me importa nada más.
Confío en que Dios está en mí.
Confío en que mi trabajo es santo. De esta confianza vivo.