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Por regla general, la mente, que reside en un cuerpo que se ha debilitado por los mimos, también es débil, y donde no hay fuerza de la mente no puede haber fuerza del alma.
Por regla general, la mente, que reside en un cuerpo que se ha debilitado por los mimos, también es débil, y donde no hay fuerza de la mente no puede haber fuerza del alma.