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Todos los hombres son creados igualmente libres e independientes, y tienen ciertos derechos inherentes, de los cuales no pueden, por ningún pacto, privar o despojar a su posteridad; entre los cuales están el goce de la vida y la libertad, con los medios de adquirir y poseer propiedad, y perseguir la obtención de la felicidad y la seguridad.