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La meta y el objetivo de nuestra vida es Él, el Cristo que nos espera -a cada uno por separado y en conjunto- para conducirnos a través de las fronteras del tiempo al abrazo eterno del Dios que nos ama.
La meta y el objetivo de nuestra vida es Él, el Cristo que nos espera -a cada uno por separado y en conjunto- para conducirnos a través de las fronteras del tiempo al abrazo eterno del Dios que nos ama.