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¿No sería prudente reunir nuestras herramientas de civilización y ver cuántas existencias quedan a mano en forma de cuentas de vidrio y teología, pistolas Maxim y libros de himnos, ginebra comercial y antorchas de progreso e iluminación (las ajustables patentadas, buenas para encender aldeas, en ocasiones), y hacer balance de los libros, y llegar a la ganancia y la pérdida, para que podamos decidir inteligentemente si continuar con el negocio o vender la propiedad y comenzar un nuevo esquema de civilización con las ganancias.