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  • Aunque el amor habita en magníficos palacios y suntuosos apartamentos con más gusto que en miserables y desoladas cabañas, no puede negarse que a veces hace sentir su poder en los sombríos recovecos de los bosques, entre las montañas más sombrías y escabrosas, y en las lóbregas cuevas de un desierto.

    Giovanni Boccaccio, Charles Balguy (1822). “The decameron, or, Ten days' entertainment, of Boccaccio:”, p.148