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Y vosotros, receptores -y todos sois receptores-, no asumáis el peso de la gratitud, no sea que os impongáis un yugo a vosotros mismos y al que da. Más bien levantaos junto con el dador sobre sus dones como sobre alas; Porque estar demasiado pendiente de vuestra deuda, es dudar de su generosidad que tiene a la tierra de corazón libre por madre, y a Dios por padre.