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Ningún hombre tiene derecho a estar ocioso. En un mundo como éste, ¿dónde es posible que la salud, el ocio y la riqueza no encuentren alguna ignorancia que instruir, algún mal que reparar, alguna carencia que suplir, alguna miseria que aliviar?
Ningún hombre tiene derecho a estar ocioso. En un mundo como éste, ¿dónde es posible que la salud, el ocio y la riqueza no encuentren alguna ignorancia que instruir, algún mal que reparar, alguna carencia que suplir, alguna miseria que aliviar?