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Nunca había experimentado nada parecido a la respuesta que obtuve de la gente por Piratas del Caribe, donde conoces a una mujer de 75 años que había visto Piratas y de alguna manera se relacionaba con el personaje, y cinco minutos después conoces a un niño de seis años que te dice: '¡Oh, eres el Capitán Jack!'. Qué emoción. Qué regalo. Ese era también el reto con Wonka: ser, en cierto sentido, como Bugs Bunny. Me parece mágico que un niño de tres años pueda quedar hipnotizado por Bugs, pero también una persona de 40 u 80 años. Es un gran reto ver si puedes atraer a una franja de edad tan amplia.