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¡Qué error cometen los que no tienen esperanza! Judas cometió un gran error el día en que vendió a Cristo por 30 denarios, pero cometió uno aún mayor cuando pensó que su pecado era demasiado grande para ser perdonado. Ningún pecado es demasiado grande: cualquier desdicha, por grande que sea, siempre puede encerrarse en la misericordia infinita.