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Si quiero saber quién es Jesús, debo obedecerle. La mayoría de nosotros no conocemos a Jesús porque no tenemos la más remota intención de obedecerle.
Si quiero saber quién es Jesús, debo obedecerle. La mayoría de nosotros no conocemos a Jesús porque no tenemos la más remota intención de obedecerle.